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34. BAMIDBAR – “EN EL DESIERTO”

Parashá:    Bamidbar “En el desierto”

 

Torá:          Números / Bamidbar 1:1-4:20

Haftará:     Os 2:1-22

Los Escritos Mesiánicos:       Lc 2:1-7;  1Co 12:12-33. He. 3.

 

INTRODUCCIÓN

 

Hemos entrado al cuarto libro de la Torá, El Bamidbar, nombre en hebreo que significa “en el desierto” por el lugar que se describe al inicio del libro, y Número que origina del latín en base a los censos de las tribus que allí se registran.

 

Es interesante notar la manera en que H’Shem está siempre con su pueblo.

 

El Libro de Bereshit.  nos narra los orígenes de todo y del pueblo de Di-s de Israel y sus promesas. En este libro H’Shen es nuestro origen.

 

En Shemot. nos narra los actos maravillosos que H`Shem hizo por su pueblo liberándolos de la esclavitud en Egipto, la entrega impresionante de sus leyes y la edificación del Tabernáculo como el centro de la presencia de Di-s en medio de su pueblo. En este libro H`Shem nos ve en el horno de Egipto.

 

 

En Vayikra.  estando en el monte del Sinaí nos deja todas sus leyes y mandamientos para que no solo se guíen para siempre, sino que sean como Di-s ha querido Una nación santa entre todos los pueblos de la tierra. En este libro H`Shem está en el Tabernáculo.

 

En Bamidbar.  nos describe la vida en el tránsito por el desierto rumbo a la tierra prometida desde el Sinaí, pero también una constante yuxtaposición, entre la bondad, amor, fidelidad de H`Shem y la incredulidad, rebelión y desobediencia del pueblo de Israel.  En este libro H`Shem está con nosotros en el desierto.

 

En el libro de Devarin / Deuteronomio 1:2 Moisés nos dice que el viaje desde el Monte Sinaí hasta la Tierra Prometida debía hacerse en once días. Sin embargo, al pueblo de Israel tardo 40 años  (1:3). ¿Por qué? Moisés señaló dos causas principales: desobediencia (1:26) e incredulidad.  Ambas están ligadas la primera era consecuencia de la segunda. 

El autor del libro de Hebreos lo reduce así “¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.” He 3:16-19

Shaliaj Shaul nos advierte que atendamos a la historia de Israel y que aprendamos de ellos. Tanto ahora como en aquellos tiempos, esas mismas características de los hijos de Israel se repiten son trampas que interrumpen nuestra comunión con Dios y estorban el plan que tiene para nuestra vida.  1Co 10:1-12

 

 

Además, este libro nos enseña que aun cuando no confiemos en el Todopoderoso, él permanece fiel. Aunque desobediente, provee todo lo que su pueblo necesita y lo protege; también utiliza la disciplina para obligarnos a volver a sus caminos. Es por eso que nos conviene observar este ejemplo, para aprender a confiar en él y obedecerle

El tema de Números entonces, es que aunque Dios disciplina a su pueblo por su falta de confianza y terquedad, los sigue amando y mostrando su paciencia. Los pactos de Dios son firmes, él cumple lo que ha prometido. No obstante, su bendición viene como resultado de la obediencia, y los efectos de no hacerlo son severos. El libro enseña esta verdad tanto en sus detalles específicos como en el desarrollo de su argumento en general

 

El midbar es un lugar desierto con pastos y poco arboles donde se puede hablar a solas, como dijo H`Shem de Israel, en Os 2, “La llevare al desierto y le hablare a su corazón” Os 2.14

¿Por qué HaShem llevó a Israel al midbar?

Para hablar personalmente con su novia, entrar en el pacto matrimonial con ella allí y entregarle la ketuvá, la Escritura.

 

Aplicación

 

Cuando estés pasando por un desierto, no lo veas como una cosa negativa, sino como una posibilidad de poder acercarte a H`Shem y recibir palabras e instrucciones de tu Padre que te ama y te cuida por medio de los lugares desérticos donde aprenderás a depender de él y no de tu propia capacidad.

 

“el primer día del segundo mes, en el segundo año” –

 

El tabernáculo fue erigido el primer día del primer mes del segundo año, cf. Éxodo 40:2.

Después de 30 días en que la Shekina estaba sobre el mishcán, era el momento de contar a los hijos de Israel de nuevo y establecer la ascendencia pura de las familias israelitas,

 

1:2       “Haz un censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, todo varón, por sus cabezas”

 

Hasta aquí vemos que cuatro veces los hijos de Israel fueron contados.

La primera vez fue cuando los hijos de Israel bajaron a Egipto, cf. Éxodo 1:5.

La segunda vez fue cuando salieron de Egipto, cf. Éxodo 12:37.

La tercera vez fue en el desierto antes de la construcción del tabernáculo, cf. Éxodo 30:11-16; 38:25-26.

La cuarta aquí en esta ocasión antes de partir al desierto.

Estos censos contabilizaban por mandato de H`Shem  a las tribus con los que se podían contar para la guerra, no los niños, las mujeres y los ancianos. No era permitido contar a todos como en el caso del Rey David que si quería hacerlo con todos y fue castigado por ello.

En cuanto a los niños solo contaron a los levitas desde un mes de nacido hasta los 50. Para el sacerdocio.

 

:3“de veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, tú y Aharón los contaréis por sus ejércitos.”

La palabra hebrea que ha sido traducida como “guerra” es tsavá[1] que significa “ejército”. Esta palabra no solo implica guerra, sino que estaban organizados como un ejército. La misma palabra se usa para las estrellas que son llamadas el “ejército del cielo”, Gé 2:1; Deut. 4:19.

 

Los levitas también son organizados como tsavá, cf. 4:23, y ellos no salieron a la guerra. La palabra tsavá tiene que ver más con orden y disciplina que con la guerra. H`Shem veía a su pueblo por tribus como escuadrones de un ejército, (Éx. 12:41 y 51)

Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de H`Shem salieron de la tierra de Egipto… Y en aquel mismo día sacó H`Shem a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos”

Aunque ellos no sabían aun pelear, aunque estaban armados. (Ex. 13:17-18)

 

El orden y la disciplina son conceptos fundamentales para que el pueblo de Israel pueda funcionar adecuadamente y seguir adelante.

Este libro de Bamidbar nos enseña la importancia de tener un rígido control de las personas y la economía de nuestras congregaciones para poder funcionar correctamente.

 

El desorden y la anarquía vienen del pecado.

Shliaj Shaul os enseña que H`Shem es un Di-s de orden, 1 Corintios 14:33, 40:

porque Di-s no es Di-s de confusión, sino de paz, como en todas las congregaciones de los santos… Pero que todo se haga decentemente y con orden.”

 

Todos los hombres que puedan deben estar alistados, organizados y preparados para la guerra que se acerca para tomar la tierra prometida. Así cada uno de nosotros debemos estar listos para la guerra espiritual en que nos encontramos hoy (Ef. 6:10–20; 2 Tim. 2:3, 4).

 

Aplicación

Solo son contados los disciplinados.   Los que no están dispuestos a someterse a la disciplina de H`Shem, su Torá y sus líderes, no son aptos para ser contados. los indisciplinados no tienen mucha opción en los planes de H`Shem.

Los que están listos para salir a la guerra son contados dentro de Israel, cuyo nombre significa “el que lucha junto con Di-s”.

Los que están dispuestos a luchar para vencer son contados entre el pueblo de Di-s. 2:8-9, 11, 32. Etc.  

Los cobardes tampoco tienen opción en la conquista a la que H`Shem nos ha llamado. Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo” (Deut 20:8)

 

Importante resaltar que H`Shem no deja que los israelitas hagan una comisión para hacer el censo con sus tribus, El mismo da el nombre de los que han de estar en la línea de autoridad como lo estaban Moisés y Aarón.

Se nombra un jefe de cada tribu para ayudar en el censo (1:4–16). Muchos de los nombres incluyen un nombre de Di-s, como

  El (Eli-sur, Mi Dios es una roca;

  Selumiel, Dios es mi salvación;

  Eli-ab, Mi Dios es Padre; etc.)

  El Sadai (Dios omnipotente; ver Zurisadai, Sadai es mi roca; Amisadai, Sadai es mi

    pariente).

La suma total de los hombres que formarían el ejército para la guerra fueron 603,550 sin contar los niños, mujeres y ancianos.

 

Dios y su pueblo redimido 1:1–54

Aquí hacemos un resume de las verdades vitales en su primer capítulo.

I.    Dios es el dueño de los redimidos. Di-s muestra que es dueño comunicándose con su pueblo. En este libro encontramos más de 80 referencias al hecho de que Jhvh habló (v. 1).

      Es una buena costumbre hablar a Di-s. Di-s quiere hablarnos a nosotros. Lo hace a través de las Escrituras; la música, la creación, la enseñanza y predicación de su Palabra. Necesitamos «oídos espirituales» para escuchar a Di-s.  H`Shem siempre ha estado con nosotros no podemos escapar de su presencia porque Di-s nos posee.

II.  El pueblo de Di-s no siempre está donde él quiere. Di-s había guiado a los hebreos al monte Sinaí donde recibieron los diez mandamientos, construyeron el tabernáculo y aprendieron de la tierra prometida. No fue su intención que estuvieran 40 años en el desierto. Se rebelaron contra Di-s y allí murieron.

      Acostumbrarse a un Status Quo nos anula la visión y quedamos infructuosos.  Es muy triste leer:

“Si oyereis hoy su voz,    No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como

en el día de Masah en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron,

y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo

      es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi

furor, Que no entrarían en mi reposo” Salm 95:7-11

 

      Muchos vivimos «en el desierto». Sabemos que Di-s ofrece la vida abundante y llena del Espíritu, pero no la encontramos. Di-s quiere que salgamos victoriosos de nuestras pruebas y entremos en la «Tierra Prometida».

III. Dios quiere que los redimidos estén preparados para la lucha. Le dijo a Moisés: Haced un censo de … todos los varones … que … por ser de 20 años para arriba, puedan ir a la guerra (1:2, 3), y catorce veces lo repite en el primer capítulo. Israel enfrentaba a enemigos poderosos. Con el censo vieron que contaban con 603.550 hombres «bien capacitados» para la lucha. Necesitamos ser buenos soldados de Dios para enfrentar a enemigos espirituales. Necesitamos ser buenos soldados para Di-s. Si solo se comparaban en números con el ejercito de los egipcios más los cananeos los israelitas los superaban en número.

IV. Di-s quiere que los redimidos reciban instrucción. La última sección del cap. 1 enfoca a los levitas y al sistema de sacrificios. Di-s comisionó a la tribu de Leví para que se dedicara a la enseñanza y a la obra del tabernáculo.

      Necesitamos ser enseñados porque somos inmaduros. Los hebreos hacía apenas un año que habían sido redimidos. No tenían una «casa de adoración», tampoco una Biblia. Vivían en la etapa de «jardín de infantes de la fe». ¡También nosotros! Necesitamos madurar y ser fuertes. (Ef. 2:21; 4:14).

      Necesitamos aprender porque tenemos un mensaje de redención que compartir. Necesitamos hablar del significado del sistema de sacrificios cumplido en el Mesías Yeshúa, de la redención, de la vida después de la muerte, de Efesios 3:17. El destino de los redimidos de Di-s, de su pueblo nacido de nuevo, escapa a todo cálculo. ¡Alcancemos y enseñemos a otros!

V.  H`Shem quiere que su pueblo le obedezca. Los hijos de Israel hicieron conforme a todas las cosas que Jhvh había mandado (v. 54).

CONCLUSIÓN:

¿Cómo estamos viviendo los redimidos de Di-s? Estamos en el ejército del Señor. ¿Qué clase de relación tenemos con él?

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