SEFIRAT HAOMER | Celebración en el Brit Hadashá y su cumplimiento profético


Write by:

Celebración en el Brit Hadashá

Ya que Sefirat Ha-Omer queda un poco eclipsado por lo imponente de la Pascua, es natural preguntarse si esta fiesta tiene significado en el Brit Hadashá (Nuevo Testamento). Efectivamente se menciona esta festividad varias veces en el Nuevo Testamento, y es mi convicción personal que debería de ser una de las fiestas más importantes para los creyentes en Yeshúa.

Una lectura cuidadosa de 1 Corintios 15 nos muestra la conexión vital entre Sefirat Ha-Omer y el ministerio del Mesías. Al enseñarles a los creyentes la doctrina de la resurrección, el Rabino Saúlo de Tarso hace una conexión asombrosa con este día de fiesta:.

«Lo cierto es que Mashíaj ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues así como en Adán todos mueren, también en Mashíaj todos volverán a vivir, pero cada uno en su debido orden: Mashíaj, las primicias; después cuando él venga, los que le pertenecen.»
(1 Corintios 15:20–23).

Aunque muchos leen este pasaje como un comentario sobre el orden de la resurrección, Pablo en verdad está haciendo una referencia técnica a la festividad de Sefirat Ha-Omer. No es tan sólo que Yeshúa haya sido el primero de levantarse corpóreamente de entre los muertos, sino que al hacerlo, Él está cumpliendo directamente con la Fiesta de Las Primicias. Este hecho tiene toda la razón si reflexionamos en los detalles del día.

El cumplimiento profético

La manera tradicional de guardar esta fiesta nos señala la resurrección del Mesías. Es un festival de la cosecha en que las gavillas de cebada se mecen delante del Señor. Reflexionemos bien en este detalle—

¡el grano que había salido de la tierra ha sido ahora levantado en alto para que todos lo vean!
Yeshúa mismo hacía alusión a su resurrección en términos similares cuando dijo:

«Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado –les contestó Yeshúa—. Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto…Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.» (Juan 12:23–24, 32).

Por casualidad, esta parábola fue dada a los discípulos judíos cuando habían llegado a celebrar la Pascua, justo antes de Sefirat Ha-Omer (Juan 12:1, 20). El simbolismo de la resurrección del Mesías de entre los muertos queda perfectamente establecido en la ofrenda mecida de los primeros frutos.

La conexión no termina ahí. Además de la tipología no poco obvia a través de las costumbres de Sefirat Ha-Omer, el momento fijado para esta fiesta también verifica el cumplimiento de la profecía. Recordemos la controversia que surgió entre los primeros rabinos sobre la frase «después del sábado.» (ver articulo)
Los saduceos defendían la idea del sábado como séptimo día, mientras que los fariseos pensaban que Levítico 23:11 aludía al sábado de la Pascua. Puede que nos preguntemos cuál de los dos grupos tiene la razón y cómo se relaciona todo esto con la resurrección de Yeshúa. De manera extraña, la cual sólo Dios podría haber orquestado, ambos puntos de vista encajan perfectamente bien en la situación histórica de los evangelios.

El punto de vista tradicional más aceptado dice que Yeshúa celebró su último séder con sus discípulos durante la noche del 14 de Nisan, un jueves por la noche en ese año. Él fue arrestado esa noche y llevado frente a las autoridades romanas. Finalmente fue colocado en la cruz de ejecución a las 9.00 de la mañana el viernes y entregó su espíritu a las 3.00 de la tarde, justo antes del sábado semanal. Su cuerpo fue enterrado rápidamente por sus simpatizante, y le dejaron en la tumba durante todo el día siguiente, hasta que, en la primera oportunidad, las mujeres vinieron a la tumba, sólo para encontrarla abierta.

Por lo tanto, de acuerdo con la manera judía de medir los días, Yeshúa estuvo en la tumba tres días: parte del viernes hasta la puesta del sol; desde la puesta del sol el viernes hasta la puesta del sol el sábado; y el día número tres, que comenzó con la puesta del sol el sábado. Y aunque la tumba vacía se descubrió al amanecer el domingo por la mañana, de acuerdo al cálculo judío, Yeshúa podría haber sido levantado de entre los muertos a cualquier hora después de la puesta del sol el sábado. Personalmente, yo me pregunto si Dios nuestro padre no hubiera tomado la primera oportunidad posible para levantar a su hijo después del atardecer el sábado, en vez de esperar hasta el domingo por la mañana.

Al seguir esta cronología, podemos ver la mano soberana de Dios con respecto al momento oportuno de Sefirat Ha-Omer. Era imperativo que el Mesías muriera exactamente en la Pascua para poder cumplir las profecías. De igual manera, el Mesías también tenía que levantarse de entre los muertos en el día de las Primicias.

A primera vista parece haber problema con las fechas, ya que había controversia entre los rabinos del primer siglo sobre fijar la fecha exacta de esta fiesta. Pero al mirarlo detenidamente, podemos ver cómo Yesúa de Nazaret cumplió ambas interpretaciones en el año particular de su muerte y resurrección.

Yeshúa fue resucitado el tercer día de la Pascua (el 16 de Nisan), cumpliendo así con la interpretación fariséica de la Torá. Y, asombrosamente, también cumplió al mismo tiempo con la interpretación saducea, ya que en el año particular de su muerte, Sefirat Ha-Omer hubiera empezado el domingo después de la Pascua. Por consiguiente, el año de la muerte y resurrección de Yeshúa fue uno de los pocos en que ambas teorías rabínicas podían tener razón al mismo tiempo. El plan soberano de Dios efectivamente debe de ser apreciado por todos. ¡Bendito sea Él, que nos ha revelado al Mesías Yeshúa resucitado, el cumplimiento profético de Sefirat Ha-Omer!


Deja un comentario