SUCOT: Antecedentes y Celebración Tradicional
Antecedentes históricos
El SEÑOR le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas:
El día quince del mes séptimo comienza la fiesta de las Enramadas en honor al SEÑOR, la cual durará siete días. El primer día se celebrará una fiesta solemne en honor al SEÑOR. Ese día no harán ningún trabajo. Durante siete días le presentarán al SEÑOR ofrendas por fuego. Al día octavo celebrarán una fiesta solemne en honor al SEÑOR y volverán a presentarle ofrendas por fuego. Es una fiesta solemne; ese día no harán ningún trabajo.
Estas son las fiestas que el SEÑOR ha establecido, y a las que ustedes habrán de convocar como fiestas solemnes en su honor, para presentarle ofrendas por fuego, holocaustos, ofrendas de cereal, y sacrificios y ofrendas de libación, tal como está prescrito para cada día. Todas estas fiestas son adicionales a los sábados del SEÑOR y a los tributos y ofrendas votivas o voluntarias que ustedes le presenten.
A partir del día quince del mes séptimo, luego de que hayan recogido los frutos de la tierra, celebrarán durante siete días la fiesta del SEÑOR. El primer día y el octavo serán de descanso especial. El primer día tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmera, de árboles frondosos y de sauces de los arroyos, y durante siete días se regocijarán en presencia del SEÑOR su Dios. Cada año, durante siete días, celebrarán esta fiesta en honor al SEÑOR. La celebrarán en el mes séptimo. Este será un estatuto perpetuo para las generaciones venideras. Durante siete días vivirán bajo enramadas. Todos los israelitas nativos vivirán bajo enramadas, para que sus descendientes sepan que yo hice vivir así a los israelitas cuando los saqué de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios.” Así anunció Moisés a los israelitas las fiestas establecidas por el SEÑOR. (Levítico 23:33–44).
Tal vez ahora ya esté empezando usted a entender porqué a la temporada de Otoño se le considera como la temporada de los días de fiesta más solemnes para la comunidad judía. En los primeros 19 días del mes bíblico de Tishri (Septiembre-Octubre), se llevan a cabo las tres fiestas más solemnes de todo el año. Estas tres fiestas son: Rosh Ha-Shaná, Yom Kipur y, terminando la temporada, los ocho días de Sucot (Tabernáculos, o Enramadas).
Al igual que con las otras fiestas, el nombre de esta, nos habla de su propósito. En esencia, es un propósito doble. El primero se relaciona con la cosecha de Otoño; tal y como se explica en Levítico 23, Sucot tiene que ser el tiempo de traer la cosecha tardía. En otras palabras, es el “Día de Acción de Gracias” judío. En realidad, la creencia popular es que los colonizadores Puritanos, quienes eran grandes estudiosos de las Escrituras hebreas, basaron el primer Día de Acción de Gracias americano sobre Sucot.
El segundo significado de esta fiesta se encuentra en el mandamiento de habitar en enramadas, como recordatorio de la experiencia del pueblo de Israel en el desierto. Para expandir el tema de este evento histórico específico, podríamos sumarizar el significado de Sucot con una sola palabra “habitación.” Sabemos por la Torá, que Dios habitó con su pueblo durante sus 40 años de viaje de campamento en el desierto. Asimismo, cuando acampamos en cabañas en el presente, deberíamos de recordar que Dios sigue siendo fiel y que cuida de nuestras vidas.
Entendiendo esos dos temas, tan significativos, vemos que hay muy buena razón para que a Sucot también se le conozca como Zman Simkjatenu (El Tiempo de Nuestro Regocijo). ¡El hecho de que Dios haya proveído para nosotros y haya hecho su habitación con nosotros, es definitivamente algo que celebrar!
Celebración judía tradicional
La Torá estipula que el día quince del mes judío de Tishri es el tiempo cuando el pueblo judío debe empezar a habitar en la suká (forma singular de “cabaña”), y celebrar la provisión de Dios. Este día de fiesta trae tanto gozo, que los judíos tradicionales ni siquiera esperan a que llegue el quince de Tishri para construir sus sukot (forma plural de “cabaña”). Muchos inician la construcción cinco días antes, inmediatamente después del cierre de Yom Kipur.
La construcción de la suká, puede ser una experiencia desafiadora y divertida para toda la familia. La Biblia nos da un mandamiento un poco vago acerca de cómo construir la sucá; pero los rabinos le han agregado gran detalle. Esencialmente, se trata de una choza temporal en la que debemos de vivir, en lugar de nuestra casa permanente. De los judíos se espera que por lo menos tengan algunas comidas ahí dentro, como símbolo de que han habitado en la suká. Ya que la suká es una estructura temporal, aparece ser frágil, pero se debe construir afuera y debe tener por lo menos tres paredes, las cuales pueden hacerse de cualquier material (madera, ladrillos, o lona). Si la cabaña se construye al lado de la casa, se puede usar una o más de las paredes de la casa como parte de la suká.
La parte más importante de la construcción de la suká es el techo. La cubierta para el techo (llamada sejaj) puede hacerse con cualquier cosa que crezca de la tierra, como por ejemplo, ramas, vigas de madera o arbustos. Ya que existe una abundancia de ramas de palma en el Medio Oriente, es comprensible por que este foliaje ha tomado un papel central en la celebración de Sucot.
Para enfatizar el estatus temporal de la suká, el techo se arregla de tal manera que, en una noche despejada, se puedan ver las estrellas. Ya que la construcción básica de la suká ha sido terminada, los niños pueden contribuir su parte con decoraciones que consisten de sus obras de arte frutas colgadas en un cordón, o cualquier otra idea creativa que tengan. La sucá debe poder acomodar por lo menos una persona, pero es preferible que sea, lo suficientemente grande para colocar una mesa y sillas para poder comer ahí. Si el clima es lo suficientemente templado, se puede pasar la noche en la choza.
Una vez que la suká esté terminada y el día de fiesta ha llegado, hay otras costumbres que se incorporan a la celebración. Al igual que la mayoría de las otras fiestas judías, la celebración inicia al atardecer de la primera noche, con una cena festiva. La mesa se prepara con los dos candelabros tradicionales y la mejor vajilla. A veces se hacen excepciones en Sucot, ya que muchos judíos consumen sus alimentos dentro de sus sukot. En tales casos, los arreglos más primitivos también sirven como recordatorio del campamento en el desierto del Sinaí. De cualquier manera, se canta el kidush sobre el vino dulce; se bendice la jalá trenzada y se comparte en la mesa.
Cada noche de los ocho días que dura el festival, también se hacen bendiciones especiales sobre el lulav (rama de palma) y el etrog (citrón o cidro, una fruta de Israel, más dulce y grande que el limón y con una gruesa cáscara amarilla). Estos dos artículos, junto con el hadás (mirto) y arava (sauce), forman lo que se llama “Las Cuatro Especies.” Se hace un racimo con ellas para que puedan sostenerse en la mano para agitar hacia cada dirección simbolizando la cosecha y la omnipresencia de Dios sobre este mundo. Aunque parece haber una clara conexión entre las Cuatro Especies y el tema de Sucot que es la cosecha, los rabinos también han encontrado aplicaciones espirituales para estos símbolos.
Se enseña que cada una de las especies representa un diferente tipo de persona. El etrog, que es dulce y tiene un delicioso aroma, representa una persona que tiene conocimiento de la Torá y buenas obras. El lulav, que viene de una palmera de dátiles, tiene un fruto dulce, pero no tiene fragancia, así mismo, algunas personas tienen conocimiento, pero no tienen buenas obras. El hadas es todo lo opuesto, tiene una fragancia agradable, pero no sabe a nada (las buenas obras sin el conocimiento verdadero). Y el arava, ya que no posee ni sabor ni aroma, representa la persona que no tiene ni conocimiento ni obras. Tal vez esto pueda servir como un recuerdo de que la fe por sí sola, si no tiene obras, esta muerta (Santiago 2:17).
La forma tradicional de guardar Sucot se centra en la construcción de la suká y la bendición de la palma con el etrog. Debe hacerse notar, que al igual que las demás fiestas, la sinagoga juega un papel vital en la celebración. Muchas sinagogas construyen una suká comunitaria para permitir a todos los adoradores experimentar el símbolo más grande de Sucot. Los servicios de la fiesta se llevan a cabo en el primer día y en el octavo día, tal y como está estipulado en la Torá. Ya que la fiesta de los Tabernáculos es un tiempo de gozo, hay varias procesiones en las que los feligreces marchan alrededor de los pasillos, meciendo las palmas y cantando el Salmo 118: ¡ Ana Adonai Hoshiana! (¡Sálvanos Señor!).
De tal manera, con acción de gracias, la comunidad judía busca recordar el tema de esta fiesta: Dios habita con su pueblo.
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