SUCOT: Más que una festividad en el cumplimiento profético

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El cumplimiento profético

Como hemos podido observar, existen muchas lecciones impactantes que aprender de Sucot. La provisión de Dios, el hecho de que él habite con su pueblo, el gozo del Espíritu Santo, son todos temas que dirigen la atención al plan detallado en las Escrituras. Aún así, existe todavía un elemento futuro que queda pendiente de ser cumplido por la Fiesta de los Tabernáculos. El apóstol Juan nos dice en su visión de los eventos finales, que la realidad de Sucot será obvia para todos:

Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: “¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada (Shekjiná) de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.” (Apocalipsis 21:1–3).

Sucot siempre se ha conocido, como la fiesta en la que se conmemora el hecho de que Dios habite con su pueblo. Cuán apropiado para el Reino de Dios, cuando venga en su plenitud a la tierra redimida, que sea considerado el cumplimiento final de esta fiesta. Dios mismo finalmente habitará con su pueblo en toda su plenitud. ¡La sucá de Dios estará entre los hombres cuando el Mesías Yeshúa habite como Rey en los mil años del Reino Mesiánico!

Todas las fiestas del Señor tienen sus lecciones particulares que enseñar. Sin embargo, debido a su cumplimiento profético en los últimos días, Sucot parece ser la cúspide de todos los otros tiempos establecidos por Dios. Después de todo, la meta del plan de Dios es el establecer su Reino en la tierra. Esto explica mucho mejor por que, de todas las fiestas bíblicas, Sucot se dice ser la celebración premier del Milenio. Como lo predijo Zacarías:

Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al SEÑOR Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de las Enramadas. Si alguno de los pueblos de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, al SEÑOR Todopoderoso, tampoco recibirá lluvia. (Zacarías 14:16–17).

Vale la pena acentuar el hecho de que el juicio por no celebrar Sucot en el Reino Mesiánico será el reprimir la lluvia. Ya que Sucot celebra la cosecha del otoño, es tradicional en la comunidad judía comenzar a orar por las lluvias del invierno, esenciales para el año venidero. Cuando Yeshúa regrese a establecer el Reino tan esperado, todos los que han sido redimidos por su sacrificio celebrarán Sucot alegremente y en toda su plenitud.

¡Qué maravillosa celebración será aquella cuando todo su pueblo, tanto los judíos como los gentiles, mesan el lulav y canten,

¡Ana Adonai Hoshiana! (¡Señor, sálvanos!), Amén. Ven, Señor Yeshúa!


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