ROSH HASHANÁ: El cumplimiento profético

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Al igual que todos los otros días santos en la Biblia, existe un significado no solo profético, sino histórico en Rosh Ha-Shaná. Muchos rabinos clásicos han visto que existe una conexión entre Rosh Ha-Shaná, como el día de volver a reunirse, y el Mesías, quien vendría a ser el agente de esta reunión. Por ejemplo, en una obra del siglo ocho después de Yeshúa, encontramos el siguiente comentario:

Mashiaj ben David (hijo de David), Elías y Zerubabel, la paz sea con él, ascenderá al Monte de los Olivos. Y Mashiaj le ordenará a Elías que toque el shofar. La luz de los seis días de la creación regresará y será vista, la luz de la luna será como la luz del sol y Dios enviará sanidad completa a todos los enfermos de Israel. La segunda ráfaga que Elías tocará, hará que se levanten los muertos. Ellos se levantarán del polvo y cada hombre reconocerá a su compañero, así como esposo a esposa, padre e hijo, hermano y hermana. Todos vendrán al Mesías desde los cuatro confines de la tierra, del este y del oeste, del norte y del sur. Los hijos de Israel volarán en las alas de águilas y vendrán a Mashiaj… (Ma’ase Daniel como se cita en Patai, p. 143).

Mientras que el énfasis histórico de este día de fiesta es el arrepentimiento, el tema profético mira hacia el día futuro cuando la reunión espiritual plena ocurra bajo el Mesías.

Todos los detalles de Rosh Ha-Shaná se vuelven más interesantes al considerar el B’rit Hadashá y la vida de Yeshúa. El gran peso de evidencia bíblica me ha llevado a estar de acuerdo con aquellos que dicen que el nacimiento del Mesías sucedió al final del otoño, y no en invierno. Si esto es correcto, podemos tener un cálculo aproximado del tiempo cuando Yeshúa inició su ministerio público. Tal y como Lucas lo menciona en su evangelio (Lucas 3:23), “Yeshúa tenía como treinta años” colocando así el tiempo de su bautismo y su primera predicación en el otoño de ese año.

Considere usted el tema paralelo de Rosh Ha-Shaná. No sería nada extraño que Yeshúa hubiera venido a tener una inmersión/mikvé especial en el otoño de ese año (Mateo 3:13–17). ¿Existe acaso una relación entre esto y el período de 40 días donde lo prueba el adversario (Mateo 4:1–11)? Y ¿cuál era el mensaje que Yeshúa comienza a proclamar inmediatamente después de esos cuarenta días? “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.”

No podía haber sido mejor para que el Mesías iniciara su ministerio terrenal, sino precisamente, el tiempo de la celebración del año nuevo espiritual. La evidencia histórica parece indicar que el mes de Elul sirvió como la hora perfecta de preparación para el mensaje espiritual más grande que hubiera venido a Israel: ¡Volveos a Dios, el Mesías ha llegado!

Existe una rica verdad profética asociada con la Fiesta de las Trompetas. Mientras que por una parte se caracteriza por ser un tiempo de reunión introspectiva y de preparación espiritual; también alude a un cumplimiento profético a futuro de otro Rosh Ha-Shaná. Donde se hace referencia a la reunión futura de creyentes en el Mesías, comúnmente conocida como “el rapto.” El Rabino Saúl, (el apóstol Pablo), nos revela la interesante conexión que existe con esta fiesta.

El SEÑOR mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo (Mashíaj) resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el SEÑOR en el aire. Y así estaremos con el SEÑOR para siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras. (1 Tesalonicenses 4:16–18).

Esta celebración es la imagen perfecta de la reunión de los creyentes. En el futuro, todos los verdaderos creyentes en Yeshúa, serán reunidos para encontrarse con Él en las nubes. Los muertos en el Mesías se levantarán primero, y les seguirán inmediatamente aquellos creyentes que estén vivos en ese tiempo. No es de sorprenderse que la señal para la reunión sea el sonido del shofar. A decir verdad, en ese pasaje se refiere precisamente a una nota en particular que se toca en Rosh Ha-Shaná. La palabra que normalmente se traduce como “grito” en el versículo 16, viene del Hebreo, teruaj, que se traduce mejor en este contexto como el toque de alarma del shofar. También encontramos en otras partes del Nuevo Testamento referencias similares acerca del shofar que se toca como señal del rapto (ver 1 Corintios 15:50–58 y Apocalipsis 4:1).

Otro cumplimiento profético muy importante de Rosh Ha-Shaná, es la reunión del remanente de creyentes judíos en la segunda venida del Mesías. Tiempo atrás en el siglo séptimo, antes de Yeshúa, el profeta Isaías escribió:

“En aquel día el SEÑOR trillará desde las corrientes del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y ustedes, israelitas, serán recogidos uno por uno. En aquel día sonará una gran trompeta. Los que fueron llevados a Asiria y los que fueron desterrados a Egipto vendrán y adorarán al SEÑOR sobre el monte santo en Jerusalén.” (Isaías 27:12–13)

Aquí vemos claramente, como este pasaje se refiere a una reunión del remanente de creyentes en los días postreros, ya que todavía estamos esperando que su shofar le de cumplimiento. De la misma manera, el Mesías Yeshúa, cuando se le preguntó acerca del futuro de Israel, lo confirmó como una promesa para los últimos días como lo vemos en su propia enseñanza:

“Y al sonido de la gran trompeta (shofar) mandará a sus ángeles, y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo.” (Mateo 24:31)

Los creyentes en Yeshua Ha-Mashíaj deberían de tener una profunda apreciación de Rosh Ha-Shaná, cuya celebración encierra tanta riqueza. Ha servido históricamente como un tiempo de arrepentimiento y de preparación espiritual, temas de los cuales tenemos mucho que aprender. Proféticamente, se nos recuerda la promesa de Dios de volver a reunir y restaurar a su pueblo escogido, el Israel de los días postreros. El sonido del shofar, también es un recordatorio de la bendita esperanza que posee cada creyente mesiánico: Podemos entrar en el perdón del Mesías, a cualquier hora (Tito 2:13). Pongamos atención hermanos al sonido del shofar, y a todo lo que Rosh Ha-Shaná tiene que enseñarnos.


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