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SHELAJ LEJA | OJOS DE LANGOSTA VS FE DE CONQUISTA
Speaker: Israel Huamán
Category: Bamidbar
Series: EL PACTO Y LA PROMESA
20 junio 2025
OJOS DE LANGOSTA VS FE DE CONQUISTA : El Reporte que Define tu Destino.
Parashá: Shelaj Lejá
«Hermanos, ¿alguna vez le han prometido a sus hijos un paseo increíble, quizás a la playa o a un parque de diversiones? La promesa está hecha, el destino es maravilloso. Pero en el camino, empiezan las quejas: ‘¿Falta mucho?’, ‘Tengo calor’, ‘El tráfico es horrible’. Llega un punto en que su actitud y su queja son tan grandes que, como padres, nos sentimos tentados a decir: ‘¿Saben qué? Mejor nos regresamos’. La playa sigue ahí, la promesa sigue en pie, pero su perspectiva está retrasando y arruinando el gozo del viaje. Algo muy parecido le pasó a Israel en el umbral de su más grande promesa.»
Contexto Clave:
«Hoy nos sumergimos en la Parashá Shelaj Leja. Israel está en Cades-Barnea, literalmente a las puertas de la Tierra Prometida. Han visto los milagros de Egipto, tienen la Torá, tienen la presencia de Elohim. Están a un paso de heredar todo lo que se les juró a Avraham, Yitzjak y Yaakov. Y en este momento crucial, todo se decide por un informe, un reporte. El tema central que vamos a explorar es cómo el reporte que elegimos creer —el del miedo o el de la fe— determina nuestro destino y tiene el poder de acelerar o retrasar las promesas de Dios en nuestra vida.«
Mapa del Sermón:
«En los próximos minutos, vamos a ver tres cosas fundamentales:
- El Reporte del Miedo vs. el Reporte de la Fe: Veremos cómo un mismo hecho puede generar dos conclusiones radicalmente opuestas.
- Diagnóstico de Nuestros Gigantes Internos: Identificaremos a los tres ‘hijos de Anac’ que operan en nuestras mentes y corazones hoy.
- La Respuesta del Reino: La Perspectiva de Yehoshúa: Descubriremos cómo Elohim nos equipa para tener una fe victoriosa.»
Cuerpo del Mensaje
El Reporte del Miedo vs. el Reporte de la Fe
Texto Clave: Números 13:27-33.
Explicación Clara: «Los 12 espías regresan. Fíjense en el primer reporte (v. 27-29): es objetivo, es factual. ‘La tierra mana leche y miel, este es su fruto. PERO la gente es fuerte y las ciudades fortificadas’. Hasta aquí, son solo datos.
Pero entonces Caleb, lleno de fe, dice: ‘¡Subamos y tomemos posesión!’ (v. 30). Inmediatamente, los otros diez cambian el reporte. Ya no son datos, ahora es una interpretación de miedo: ‘No podremos subir’, ‘la tierra traga a sus moradores’, y la frase lapidaria: ‘éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas’ (v. 33). El problema no eran los gigantes, ¡era su autoimagen! Su miedo distorsionó la realidad de Dios.»
Conexión Mesiánica: «Este es un paralelo asombroso con la primera venida de nuestro Mesías. Tanto Yojanán el Inmersor como Yeshúa vinieron con un mensaje claro: ‘¡Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está a las puertas!’ (Mateo 3:2, 4:17).
La promesa de la Era Mesiánica estaba ahí, en el umbral. Pero el liderazgo de la época, como los diez espías, dio un mal reporte. No negaron los ‘frutos’ (los milagros), pero dijeron: ‘No puede ser Él’. Por su incredulidad, la promesa de la manifestación plena del Reino fue, como dijiste bien, retardada, no anulada. Yeshúa mismo lo lamenta: ‘¡Jerusalén, Jerusalén… cuántas veces quise juntar a tus hijos… y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta… no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor’ (Mateo 23:37-39).»
Ilustración: «Es como tener dos aplicaciones de mapas en el celular. Una es el GPS de Dios, su Palabra, que dice: ‘Has llegado a tu destino: la Tierra Prometida’. La otra es la App del Miedo, que usa la misma ubicación pero la interpreta con sus propios datos: ‘Alerta: gigantes en la zona. Probabilidad de éxito: 0%. Sugerencia: dar la vuelta y regresar a Egipto’. Caleb y Yehoshúa confiaron en el GPS de Dios; los otros diez se dejaron guiar por las notificaciones de la App del Miedo.»
Diagnóstico de Nuestros Gigantes Internos
Texto Clave: Números 13:22 «Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac.»
Explicación Clara: «Los espías no solo vieron gigantes; la tradición nos ayuda a ver que estos gigantes representan enemigos internos. Identifiquemos a los tres que nos paralizan hoy:
1. Ahimán (El Bloqueador): Es la voz que te dice ‘no puedes’. Te recuerda tus fracasos pasados, bloquea tu visión del futuro y te impide avanzar en el propósito de Dios.
2. Sesai (El Blanqueador/Maquillador): Es el espíritu de la religiosidad y la apariencia. Te hace fingir que todo está bien. Es la máscara que nos ponemos en la comunidad, aparentando una fe que no estamos viviendo, como los ‘sepulcros blanqueados’ que Yeshúa denunció.
3. Talmai (El Acumulador/Distractor): Es la voz de la ocupación sin propósito. Te llena la agenda de cosas urgentes pero no importantes. Te distrae con el trabajo, las posesiones y las preocupaciones para que nunca te enfoques en tu llamado divino.»
Conexión Mesiánica: «Yeshúa no vino a darnos consejos para manejar a nuestros gigantes. ¡Vino a decapitarlos! Él es quien desbloquea el camino al Padre (Juan 14:6). Él es quien desenmascara la hipocresía y nos llama a una fe auténtica (Mateo 23:27). Y Él es quien nos libera de la distracción de las riquezas para buscar primero Su Reino (Mateo 6:33). La victoria sobre estos gigantes no está en nuestra fuerza, sino en Su obra redentora.»
Ilustración : «Piensa en una meta que Elohim te ha dado. Ahimán susurra: ‘Es imposible, no tienes el talento’. Sesai te presiona: ‘Sonríe y di que confías en Dios, aunque por dentro estés aterrado’. Y Talmai te grita: ‘¡No tienes tiempo para eso! ¡Primero paga las cuentas!’. Reconocer estas voces es el primer paso para derrotarlas.»
La Respuesta del Reino: Un Corazón de Caleb y una Perspectiva de Yehoshúa
Explicación Clara: «Frente a este desafío, Elohim nos da un modelo de dos partes.
Primero, un corazón de Caleb: Su nombre se relaciona con la tribu de Judá (Alabanza) y él mismo hace callar al pueblo. Un corazón de Caleb elige silenciar el reporte del miedo con una declaración de alabanza y fe.
Segundo, una perspectiva de Yehoshúa: Moshé le cambia el nombre de Oseas (‘salvación’) a Yehoshúa (‘YHWH es salvación’).
Es un cambio de perspectiva radical. Ya no se trata de nuestra capacidad de ser salvos o de vencer, sino de la certeza de que YHWH salva. ¡Esa es la perspectiva que conquista gigantes!»
Conexión Mesiánica: «Hermanos, esto es el corazón del Evangelio. El nombre Yehoshúa es Yeshúa. Él es nuestra victoria. Tener una fe que vence al mundo es tener la fe de Yeshúa. Él es nuestro Caleb que silencia al acusador y es nuestro Yehoshúa que nos ha dado la victoria.
Por eso el escritor de Hebreos nos ruega, usando esta misma historia: ‘Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo… Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios… Procuremos, pues, entrar en aquel reposo’ (Hebreos 3:12, 4:9, 11). Entramos a ese reposo no por nuestra fuerza, sino confiando en nuestro Yehoshúa.»
Ilustración: «45 años después, en el libro de Josué, un Caleb de 85 años se acerca a Yehoshúa y le dice: ‘Dame este monte’ (Josué 14:12). ¡Estaba pidiendo la misma tierra donde vivían los gigantes! Su fe no tenía fecha de caducidad. Él se aferró a la promesa por 45 años.
Nuestra fe no es una emoción de un día, es una postura de toda la vida, es recordar la promesa, no el problema.»
Conclusión y Aplicación
«Entonces, hemos visto tres verdades hoy:
- Somos nosotros quienes elegimos creer el reporte del miedo que nos ve como langostas, o el reporte de la fe que ve el poder de Dios.
- Debemos identificar y nombrar a los gigantes internos que nos bloquean, nos hacen fingir y nos distraen de nuestro propósito.
- La victoria llega cuando adoptamos un corazón de Caleb que alaba, y una perspectiva de Yehoshúa que confía plenamente en la salvación de Adonai.»
Llamado a la Acción:
«Esta semana, te desafío a hacer algo muy práctico. Toma una libreta. Primero, identifica un ‘gigante’ que te está intimidando. ¿Es el Bloqueador, el Maquillador o el Distractor? Ponle nombre. Segundo, busca una promesa específica en la Palabra que sea el arma contra ese gigante. Escríbela al lado. Tercero, cada vez que esa voz de langosta susurre en tu mente, responde en voz alta con la promesa de Dios. Cambia tu confesión. Pasa de ‘no puedo’ a ‘más poderoso es el que está en mí’. Pasa de ‘tengo miedo’ a ‘El Eterno es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré?’.»
Al final de esta parashá tan trágica, después de la sentencia, Dios le da a Israel un regalo: el mandamiento del tzitzit, los flecos en sus mantos. Un recordatorio visual para no seguir a sus propios ojos y corazón, sino para recordar los mandamientos de Adonai. Nuestro Mesías Yeshúa usó esos tzitzit, y de ellos fluyó poder sanador. Él es nuestro recordatorio viviente. Cuando los gigantes parezcan enormes y nos sintamos como langostas, fijemos nuestros ojos en Él. Él es nuestro Yehoshúa, el que ya aseguró la victoria y nos guía, no a un descanso temporal, sino a la herencia eterna.
¡Que pronto digamos todos juntos: Baruj habá beshem Adonai! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Amén.»
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